Rusia, desinformación y espionaje: una red global bajo la lupa en América Latina
El arresto de un ciudadano ruso en República Dominicana destapa una trama de espionaje internacional vinculada al Proyecto Lakhta, con conexiones en Argentina y Brasil, centrada en la manipulación digital y operaciones encubiertas.
Sociedad01/12/2025
Neuquen Data
La detención de un ciudadano ruso en República Dominicana reactivó las alarmas sobre las redes de espionaje y desinformación impulsadas por Moscú en América Latina. El caso está vinculado al Proyecto Lakhta, una iniciativa de injerencia internacional promovida por el gobierno ruso con el fin de difundir propaganda y manipular la opinión pública a través de redes sociales, videos y cuentas falsas.
El Proyecto Lakhta tomó notoriedad durante las elecciones presidenciales de Estados Unidos en 2016, cuando generó miles de contenidos digitales destinados a polarizar el debate político. Se estima que más de 126 millones de estadounidenses estuvieron expuestos a publicaciones generadas por esta red. La operación incluyó 131 mil tuits y más de mil videos en YouTube, impulsados por perfiles falsos que alentaban movimientos radicales o sociales disidentes.
En Argentina, el ex vocero y actual jefe de gabinete Manuel Adorni reveló en junio que dos ciudadanos rusos fueron detenidos por estar relacionados con una organización de espionaje llamada “La Compañía”. Lev Konstantinovich Andriashvili y su esposa, Irina Iakovenko, ambos residentes en el país, fueron acusados de financiar y organizar campañas de desinformación desde redes sociales e influenciar a ONG locales para recolectar datos políticos sensibles.
Este caso se suma a otros antecedentes como el de Artem y Anna Dulcev, espías del SVR ruso que vivieron en Buenos Aires bajo identidades falsas. Durante años desarrollaron una vida normal, pero tras su traslado a Europa fueron arrestados y expuestos como agentes encubiertos del régimen de Putin, encargados de tareas de inteligencia exterior. Tras admitir los cargos, regresaron a Rusia donde fueron recibidos por el propio presidente.
En Brasil, las operaciones rusas tomaron otra forma: crear identidades falsas y vidas ficticias que sirvieran de base para infiltraciones en otros países. Al menos nueve ciudadanos rusos fueron identificados con documentación brasileña apócrifa. Algunos se presentaban como joyeros, modelos o investigadores, utilizando el pasaporte brasileño para desplazarse sin levantar sospechas, según reveló la Operación Este, una investigación local de varios años.
El capítulo más reciente se registró en República Dominicana, con el arresto de Dmitrii Novikov, de 25 años. Estaba radicado en Bávaro y manejaba una red de ciberinfluencia política, financiada con criptomonedas como Bitcoin y Ethereum. Además de su actividad propagandística, fue vinculado a la venta ilegal de armas de fuego, lo que agravó la investigación. Las autoridades locales alertaron que “La Compañía” ya no es una amenaza distante, sino un peligro concreto para la democracia del país caribeño.











