Empresarios japoneses interesados en comprar amoníaco de Neuquén
La provincia avanza en la reactivación de la planta para aprovechar su capacidad en la producción de fertilizantes, clave para la región.
Regionales08/10/2024Neuquen DataEmpresarios de la compañía Marubeni S.A., junto a funcionarios provinciales, recorrieron la Planta Industrial de Agua Pesada (PIAP) en Arroyito, Neuquén, con el objetivo de evaluar la posible compra de amoníaco que podría ser producido en estas instalaciones en un futuro. La visita tuvo lugar el martes 8 de octubre de 2024 y fue liderada por el ministro de Infraestructura, Rubén Etcheverry.
Durante el recorrido, los representantes de Marubeni manifestaron un fuerte interés en adquirir la totalidad de la producción de amoníaco, que la PIAP estaría en condiciones de generar tras una reconversión de sus instalaciones. Este producto es clave para la fabricación de urea, un fertilizante crucial en la agricultura.
"Los empresarios están dispuestos a formalizar una carta de intención para asegurar la compra de toda la producción de amoníaco," expresó el ministro Etcheverry, quien destacó las oportunidades que esta posible venta abre para la reactivación de la planta. "Esto nos permitiría poner en funcionamiento nuevamente la PIAP, lo que generaría un impacto positivo en la economía regional."
Entre los empresarios presentes estuvieron Yasuhiro Aoto, director de Químicos para América del Sur; Hiroshi Kamada, presidente de Marubeni en Argentina; y Mario Sato, gerente de Químicos, Metales y Maquinarias. También acompañaron Gian Franco Andreani, presidente de Socotherm, y Daniel Afione, presidente del Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI). Por parte de la ENSI S.E., operadora de la PIAP, estuvo su gerente general, Alexander Berwyn, quien expuso las posibilidades futuras de producción.
Sobre la PIAP
La PIAP, propiedad de la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) y operada por la Empresa Neuquina de Servicios de Ingeniería (ENSI), fue construida en la década de 1990 con una inversión de 1.000 millones de dólares para producir agua pesada, esencial en las centrales nucleares argentinas. La planta dejó de operar en 2017 por falta de demanda, pero un estudio técnico reciente mostró que con la inversión adecuada podría producir amoníaco o urea, productos con una alta demanda en América Latina, que actualmente importa más de cinco millones de toneladas de fertilizantes hidrogenados al año.